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domingo, 31 de mayo de 2009

a veces pienso que...


No todos los días sale el sol, y unas mañanas son más frías que otras; unos días parece que estoy solo, aunque estoy rodeado de personas y tengo una fijación en salir a momentos de mi realidad y musicalizarla como una película de amor.

A veces siento que nunca hago bien las cosas que necesito hacer, y otras siento que soy el perfecto idiota relegado del circo de los momentos que no quiero vivir...

A veces siento que nada de lo que hago es suficiente, y quiero empujarle al destino hacia un desfiladero borrascoso, pero a veces también me doy cuenta que soy un poco cobarde, que no puedo ser un ladrón de besos furtivos y que talvez no merezca tener una foto de carnet en tu billetera, la cerveza sabe mejor en la barra de la cantina del fracaso, pero ningún bar atiende las 24 horas, y no hay corazón que tenga las puertas abiertas para que viajeros entren y salgan como una hostal mediterránea sin que se le caigan las puertas; soy un tonto y lo acepto, un preso con la puerta abierta abandonado por los custodios de la soledad, luchando contra el sentido de las manecillas del reloj para que los segundos se entumezcan entre tus manos que talvez no vuelvan a entrelazar las mías, los domingos son más largos y las palabras son más renuentes.

Ayer esuchaba a mis amigos y su indescifrable facilidad de cosificar a las mujeres, negando el corazón y los sentimientos, intercambiando historias y camas vacías, sé que piensas que todos los hombres son iguales y, sinceramente, me gustaría que tuvieras razón, me ahorraría tiempo, dolores de cabeza y espasmos inciertos del corazón, y creo que si somos amigos será porque algo en común tendremos, pero a mi en particular, y te lo cuento como un secreto más para tu baúl de mi biografía, estoy imposibilitado de tomar ese tipo de actitudes porque crecí entre historias de mujeres, noches de lagrimas mojadas y desde niño tuve que enfrentarme a la extraña situación de recoger los pedazos de corazón de mis hermanas, eso marca la vida de un niño, que mira que el gladiador, el superhéroe de historietas no siempre se queda con la chica bonita, y el hecho que se quede con ella no asegura un final feliz... prefiero ser el villano que tras ser derrotado, regresa a su casa a encontrar a una buena mujer que le exhorta a seguir intentando cada día a conquistar el mundo y matar a su rival.

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