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viernes, 4 de noviembre de 2011

"tell me what it takes to let you go..."


"Time
Don't let it slip away
Raise yo' drinkin' glass
Here's to yesterday
In Time
We're all gonna trip away
Don't piss Heaven off
We got Hell to pay"
Full circle - Aerosmith


Desde la primera vez que te vi, y como en muchos de los momentos más memorables de mi vida, esa vieja rockolla que está en el fondo de mi cabeza, se puso a funcionar. Entrabas a la universidad, yo como siempre, buscaba ese A N G E L que me salvara en las noches, tenías una mochila azul, un jean ceñido y un saco café, el cabello castaño y, cuando regresaste a ver, inmediatamente cayó la moneda y la canción salió: "me encanta mirar a tus grandes ojos cafés/ellos me hablan y me parecen hipnotizar/tu dices nadie se atreve a decir las cosas/y yo no voy a dejar que vueles lejos"
Era esa libertad dudosa, impertinente a veces, sofisticada e infantil, la que me cautivó. Eras una trampa de oso, un cuento de espadas y dragones, una verdadera incertidumbre para mi. Me sentía tan alejado, tan fuera de ti. Pero como una trampa, el arriesgarme a entrar en tí significaría el final.

Entrar en tu vida fue un disparo en la sien. Mortal, certero, fulminante. Ya no existía nada más, porque tu y yo somos de la misma clase, porque nada ni nadie nos podía separar, y sí que tuvimos muchas guerras sangrientas, peleamos contra enemigos muy poderosos, contra el viento, contra el mar, contra nuestra sombra... contra nosotros mismos. En las noches, sabía que por fin había llegado ese ángel. Juntos, de la mano, éramos invencibles, tu, forma de gato: silente, sagaz, precavida, te paseabas por las noches y ronroneabas en mi corazón: adolorido, incompleto, deforme, que volvió a latir al ritmo de tus pasos y se sacrificó setenta veces siete para renacer en el crepúsculo de tu sonrisa mal hilvanada.

Cuando luchamos contra nosotros mismos, la soledad nos engañó; sin tu amor era un mendigo, tu amor me elevó al cielo y me hundió al noveno círculo, pero de tu mano, salimos juntos hacia nuevas tierras... era un dejavú que me retornaba al mismo lugar, el mismo rostro, la misma mirada, el mismo éxtasis.

Los días, los meses, la vida

¿es difícil dormir en la cama donde lo hacíamos? cuando no miras atrás supongo que los sentimientos comienzan a desvanecerse, solí ser tu fuego pero ahora está frío adentro... cantaba esta canción mientras encendía un cigarrillo y recordaba aquellas tardes cuando nos sentábamos afuera de tu casa y tú me decías que te encantaba el olor del cigarro cuando lo encendías... me robabas el olor, aspirabas profundamente, como robándome el aliento... y yo solo me enamoraba más de tus pequeños detalles.

No sabes cuanto duelen los mensajes no respondidos, las llamadas colgadas, las ilusiones asesinadas, los momentos perdidos... no quiero claudicar, no quiero dejar que el viento se lleve mi vida contigo, no pienso renunciar, los minutos de sueño cada vez son menos, y el tiempo para pensarte es mayor... tu no sabes de esas cosas, siempre juego con las cartas sin saber distinguir las picas de los corazones, aún no se distinguir los corazones rotos y el tiempo para retirarse... sé que mis palabras no te tocan, que ya no cantas las canciones que yo canto, que ya no estás ahi...

Sé que sigues siendo ese ángel que me sigue cuidando en las noches, aunque reniegues de hacerlo. Lo siento, no pedí correr en círculos alrededor de tu corazón. Son las mismas canciones, es el mismo sentimiento, es la misma voz y el mismo corazón.


(mezclando algunas de las letras de las canciones de Aerosmith que han paseado por nuestro tiempo juntos y mis sentimientos...)

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