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martes, 4 de octubre de 2011

el arte de hacer amigos...


"desde el día de hoy quedan institucionalizados estos días de alcohol y divagación! entendido???" yo solamente podía mantenerme en pie gracias a la divina providencia, tal vez olvidé que mi capacidad de apoyar propuestas absurdas tendría sus frutos algún día.
Desde aquel día empezamos a reunirnos en el mismo punto y en el mismo lugar. El lugar era pequeño, oscuro, un poco lúgubre pero tenía dos cosas que lo hicieron el favorito: la posibilidad de fumar dentro del local y la música: ROCK & ROLL.
Las conversaciones iniciaban con una crítica constructiva al día en general:
-mi jefa es una verdadera prostituta! la odio! mientras más me habla, solamente puedo asesinarla de varias formas, ¿y tu día? ¿que tal?
-quiero matarlos a todos, definitivamente necesito una cerveza y un poco de hard rock...
Un cigarrillo, una cerveza, y su "divagación" explotaba... las experiencias de la jornada laboral transversalizaban su interesante posición ante el mundo: ella odia absolutamente todo, o por lo menos esa es la carta de presentación...
La noche se tornaba fría y la música empezaba a bajar de nivel, las cervezas empezaron a sacar nuestros instintos más crueles:
-todos mis compañeros de la universidad eran unos perdedores, ¿sabes?
-yo estaba en tu universidad
-pero tu no eres de los perdedores... ¿o si?
Saltamos a lo que nos une: hablar de riffs, cantantes, solos, grupos, la banalidad tiene 6 cuerdas, las horas siguen pasando y no recordamos que al día siguiente hay que trabajar, en fin, hoy ya no hay más cerveza, un abrazo frío y cada quien a su casa. Han pasado ya 5 semanas igual. Cada semana hablamos mal de todo, de música, de fotografía, de cine, de moda, de la gente. Lo más importante, su incomodidad con el resto, y su frase "what the mind wants, the mind gets"
La siguiente semana, como todos los días institucionalizados, salgo de mi trabajo un poco apurado por la hora, en pocos minutos iniciaremos con nuestra tertulia semanal, al llegar, algo no está bien. Ella está un poco más intrigante... mismo lugar, misma hora... rostro distinto; se acerca, bota su cigarrillo a medio fumar y se acerca a mi oído...
-esta es la última semana que te veo.
Existe en esas historias que tanto nos gusta un elemento clásico: la ruptura. Nuestro héroe no puede ver a los ojos a la bella periodista, sabe que pone en peligro a todo el universo. Yo solo deseo hablar de rock y literatura y beber una cerveza con alguien tan pesimista como yo, nada mas! nunca hablé de amor ni prometí una aventura, solo bebí una cerveza y escuche una buena canción...
Después me doy cuenta de algo... no es un vampiro, no es una diosa de las penumbras, es una niña indefensa que ha hecho lo que no se tenía permitido por el simple hecho de ser honesta y haber sido destruida muchas veces... su refugio lo construyó de metal, de OZZY, de Maiden... de negro; y mientras más te abres a una persona, mientras más compartes, sobre todo, mientras más estás vinculada con esa persona, tus disfraces, tus máscaras se caen por si solas... ella se había enamorado.
Ese día tomamos whisky, cantamos un par de canciones de Mötorhead, fumamos un par de cigarros y nos despedimos... después le dije que lo mejor era hacer "un mes de rehab" como todo rockero que se respeta... porque era más fácil cantar canciones de Metallica desde el abismo que dañar una amistad... y yo sinceramente estoy cansado de llevar corazones rotos en el bolsillo trasero de mi pantalón.

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