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jueves, 10 de febrero de 2011

el apocalipsis


De pronto, me di cuenta que el sol se había teñido de rojo, los recuerdos caían alrededor del campo de batalla fusilados de las inclementes ráfagas de dolor, la brújula decidió que el norte está demasiado lejos como para apuntarlo y yo simplemente perdí el control.
La ventaja de tener las alas rotas es que nadie daría un centavo por verme volar, pero algo me decía que tenía que intentarlo. Las botas negras siempre han sido una buena opción para no dejarme caer, porque mis piernas no soportan el peso de la desidia y tu ejército de palabras crece con armas de destrucción masiva, bombas de vacío, granadas de rencor, ametralladoras de desdicha y los ya famosos y muy utilizados cuchillos de la desesperanza.
Nunca me gustaron las películas de espionaje, pero esta vez tuvieron el efecto deseado: "uno busca lo que no se le ha perdido", y tu escudo, siempre frío y atemorizante pudo más, nunca te atreviste a hablar de lo obvio. Recuerdo cuando este campo de batalla estaba lleno de pasión, flores amarillas y olor a paraíso; hoy solo quedan cadáveres, gritos, sangre, oportunidades mutiladas y dos corazones desangrándose... Fuimos víctimas de los asesinos de los errores, de nuestra inexplicable y asquerosa necesidad de ser uno ante el otro, en el filo de la pendiente está una bandera, manchada de rojo carmín y maltrecha, es un bajo de seis cuerdas, como seis son tus pecados, que han atravesado el parche de un redoblante negro... veo que haz decidido y las banderas blancas habían sido robadas, los "chances", secuestrados; estaba de pie en un campo de guerra donde hace mucho tiempo que había perdido la guerra, los gritos de los recuerdos heridos son más hirientes que las mismas balas, solamente alcanzo a agarrar los corazones muertos de los dos, nunca permitiré que profanen sus restos, pero ahora, sin corazón, sin alas y sin memoria, debo darle la espalda a esta masacre. "La traición se castiga con la muerte!" es el grito de los pocos soldados que quedan de pie, pero la primera traición cometida fue la mía, hacia mi propia dignidad, hacia esa vida que te ofrecí y que tú simplemente decidiste bombardearla,;mientras camino en el desierto, encuentro el recuerdo de cuando vimos "el cuervo", justo en el momento en que la niña encuentra el disco de la banda de Eric Draven, con su canción "no siempre lloeverá". Recuerdo que yo jugaba a ser el cuervo, y que defendía con la vida que ya no tengo a mi mujer amada, tu!. Agradezco que me hayas enseñado ese "flash forward" donde nos hacíamos uno, donde convivíamos juntos y nos disfrazábamos de Clark Kent y Lois Lane, yo tu superhéroe y tu mi mujer amada, el disfraz de Sanzo y Quijote, donde juntos vencemos molinos de viento y el disfraz de tú y yo siendo felices.
La ventaja de vivir el apocalipsis es que todavía me queda el disfraz de demonio y puedo caminar recto hasta el averno sin ser descubierto...

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