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lunes, 28 de septiembre de 2009

bicicletas en el cielo...


Si te toca ir arriba, antes que yo, porque existe la vida eterna, lleva de parte mía un cucumelo, por si no llovía en el cielo, y de parte de los 22, se lo das al chico, cuartetero, y dale un abrazo muy largo, a mis amigos que se fueron primero También lleva algunas canciones de nosotros, Que van a causar gran posterioridad, Supongo que habrá una ciudad entera y me sirve de consuelo, si me esperas allá. Muchos amigos se fueron antes que yo, y me dejaron solo, por eso si el invierno hace frío, también bajo al infierno un poco supongo que nadie se va del todo, espero que exista algún lugar, donde los chicos escuchen mis canciones, aunque no los escuche opinar. Toma una lista de mis amigos , quiero convencerlos que vuelvan conmigo, si no van a esperar mucho, y hace mucho que los quiero ver.


Existen personas que llegan a tu vida, se quedan por un momento, te enseñan dos o tres cuestiones de la vida y se van, se que también existen personajes que comparten tu vida y te dejan muy poco, para suerte mía, Pablito fue del primer tipo. Alto, desgarbado, un soñador empedernido; de pronto estábamos compartiendo proyectos, riéndonos de los demás y buscando concretar unos cuantos proyectos. Hincha de boca por necesidad más que por convicción; porque uno decide seguir un equipo de fútbol, una pareja y una religión por necesidad. En fin, no termino de acostumbrarme a las personas raras, pero siempre es bueno encontrarse con alguna.

Uno de los primeros consejos que me regaló fue "debes buscarte una mujer que entienda tu trabajo, una secretaria o una ejecutiva nunca llegará a entender lo que es vivir de las imágenes", de pronto es extraño ver que por las aceras, en los parques y en los buses existen personas que tienen lentes teleobjetivos en lugar de retinas, cuadernillos de ideas pegados en la cabeza buscando plasmar en papel fotográfico o entregarle a una multitud silente imágenes que todos miran y nadie aprecia.

Siempre me decía que las mujeres son el regalo más precioso que el diablo nos puede dar, y que siempre le ruega al santísimo por no tener una mujer como jefa, porque tienden a poner el corazón en las labores, y el corazón, si se resiente, puede transformar a una dulce mujer en un sanguinario y perverso ser.

Generador de ideas, apasionado interlocutor de los colores y las formas, podía capturar una verdadera obra de arte del polvo más simple y común. La mala suerte, la música y la soledad siempre acompañaban sus tardes. Recuerdo el día que me regaló la foto del chagall, mimetizando la noche con la dulzura y la sinrazón; inexplicablemente ese día su taller fue asaltado y la única foto que quedó fue mi regalo. "Tienes que buscar que la gente respete tu tiempo, si no comes, si no duermes, si no descansas, las ideas se secan, te vuelves un trabajador de jornada muerto como todos los que están a tu alrededor, entre todos, con sus grandes curriculums, con sus títulos no son nada comparados contigo, porque todavía tienes la chispa en los ojos y el gusto por lo que haces", me decía entre risas y una sabiduría casi paternal. Hoy brindo contigo a la distancia del silencio, porque todavía recuerdo la alegría que tu mirada me regalo la última vez que te vi, en esa fría cama de hospital, cuando tu mano me pidió que no me vaya, que "los olvidables" nunca se escaparían de la memoria, que existen muchas tablas por caminar, muchas luces por encender, muchos cassettes que impregnar de imágenes, colores, sonidos... Y si existe el cielo, espero que estén esperándote con la mejor bicicleta del mundo, por favor toma las fotos que siempre tomabas por acá y mandalas por sueños a todos quienes, desde acá, seguiremos con tu legado... hasta siempre compañero.

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