Si tu espalda está rota, cargo tus penas y tus alegrías en mis hombros.
Cuando no sabes hacia dónde caminar, puedo ser tus ojos, tu farol, tu luz...
Si la luna tendría un minuto para bajar hasta tu ventana, me sentaría encima de ella y te cantaría la canción que mañana te escribiré sobre la almohada de tus pupilas.
Cuántos besos muertos deben flotar en la orilla de tu incertidumbre???
En esta epopeya, mi talón de aquiles está entre tus manos, por favor no lo aprietes mucho que no serviría de nada, ya estoy postrado ante tus encantos, tus defectos y esos labios que me quitan la respiración cada vez que los admiro mientras duermes...
Luché por ganar la batalla de tus afectos y soy el herido de guerra que espera que llegues con una estrella de plata a condecorar mis sentidas ilusiones.
Ayer te prometí bajar una estrella a pedradas para que tengas una sonrisa, no te has dado cuenta del firmamento iluminado que para mi representa verte sonreir.
Eres mi enemiga, mi rival, lucho cada día para asaltar tus momentos y acribillar tu corazón con ráfagas de cariño y pasión, busco atentar contra tus miedos y explotar tus sinsabores, secuestrar tus afectos y atrincherarte en un beso despiadado que te deje sin repirar... es mi guerra santa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario