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lunes, 18 de mayo de 2009

del calor al vicio...


Por suerte tuve que viajar a la playa... aunque nunca vi ni un grano de arena. En medio del calor insoportable, compañeros de trabajo, miles de responsabilidades, pocas horas de sueño y casi nada de comida, caí en cuenta que la música mientras más doliente, más aceptada. No se si a todos les ha dejado un amor, o si perdieron un amor por no haberlo cuidado, pero en fin, nunca me había percatado de los cientos de canciones románticas que cuentan historias parecidas a mi situación acutal, aunque seguramente nunca hubiese dado razón del tema, por el simple hecho que soy un amante de los riffs estridentes, los gritos desgarradores, los ritmos destructivos y las líricas depresivas y oscuras.

En fin, una estela verde pasaba frente a mis ojos mientras escuchaba las repetitivas notas de Arjona, quien nunca fue santo de mi devoción, pero que entre sus líneas seposan pocas frases que me parecían un poco ciertas, como por ejemplo:


Y ahora tu te me vas

mordiendote los labios

sabiendo que mañana

si nos vemos tu y yo

seremos dos extraños


Aún te amo, no sé si por idiota o por romántico,

no sé si por novato o por nostálgico.

aún te amo, no sé si por iluso o fatalista,

no sé si por cobarde o masoquista, pero te amo

y no sé hacer otra cosa más que eso.


De pronto el chofer se anima a cambiar de música mientras yo sigo inquietando el recuerdo y preguntando al olvido qué fue lo que sucedió, mientras escucho algo que decía más o menos asi:


El sol sobre mi cama, hoy me vuelve ha despertar

y yo quiero dormir, dormir, dormir para olvidarque

vivo en un desierto, de cemento y soledad

y tu entre brindis noches y amantes

yo segundo loco y errante

no mas volver y yo sufrire resignado

a ver que lo nuestro fue... Fábula...


No se cuál es el problema... acaso todos terminamos hundidos en el mismo océano? hay un punto en las historias de hadas y princesas en que termina el dragón enamorado de la princesa? o como dice Calamaro, somos parte de una sociedad secreta de hombres fracasados, de los que no pueden disimular...


En fin, aunque uno quiera sanar y olvidar, hay afectos que no se merecen el olvido, hay mujeres que no pueden ser olvidadas y amores que sobreviven el tiempo y el espacio. mientras terminábamos el viaje, conocí a una mujer en la carretera que me regaló una pastilla de sabiduría: a pesar que uno esté adolorido del corazón, recuerde que no es una persona, sólo es un músculo y lo resiste todo. Lo que usted está viviendo no es para morir, es para fortalecer su músculo...


Sentado en la plaza central de Esmeraldas, anulando la mente y descansando las piernas, de pronto sentí por las espaldas un abrazo fuerte, asfixiante, abrumador. Dos brazos de piel negra sujetaban con fuerza mi torzo mientras yo, asustado, empecé a luchar contra semejante fuerza. Al instante sentí un beso en mi espalda, lo cual me llenó de temor y me dejó perplejo; al soltarme, con violencia giré a enfrentar a quien había lanzado ese "ataque sorpresa" hacia mi. Mi sorpresa alborotó todo el lugar: me encontré con un niño de alrededor de 12 años, sucio, de pocas y haraposas ropas, descalzo; con su sonrisa llena de vida y su mirada desbordante de amor, volvió a abrazarme, sin pedirme nada y lo único que pude hacer es compartir un jugo de naranja y un caramelo con él, lo cual el día de hoy me parece un regalo ínfimo, ya que su sonrisa y su abrazo me mostraron que el mundo no está tan perdido todavía...

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