"and when the time is right, i hope that you'll respond like when the wind gets tired and the ocean becomes calm i may be dreaming but i'm longing to belong to you"
Esto es sencillo: hay algunos que llevan una doble vida, otros enamoran por deporte, uno que otro necesita robar la energía vital de un beso a la primera extraña que pasa por la calle... yo, simplemente me desfogo a través de la palabra.
Es gracioso y paradójico todo este devenir de situaciones absurdas que nos han dejado en este risco sin fondo. Para mí tu fuiste el barco que me salvó del abandono, "la gran esperanza negra" por llamarlo de un modo burlesco. Uno de los momentos más álgidos de mi vida fue aque cumpleaños, donde me animé a ser un caballero sin armadura ni espada, en busca de la empresa más extravagante: salvar a una damicela en apuros. Y como en una película de esas que tanto nos gustan, las luces fueron tornándose fuertes, las personas lentamente fueron esfumándose, el tiempo segundo a segundo ralentizándose... y la larga y silente silueta moviéndose al compás de la música fue suficiente para decidirlo: quiero estar contigo.
Esa decisión impulsiva, beligerante, casi obsena me disparó en un vendaval de emociones que simplemente tenían una finalidad: dejarlo todo atrás. Si lo vemos como un error, este fue haberme aferrado a tu vida como un tren alinfinito que me ayudaría a escapar de mi pasado. Ese pasado con nombre y apellido, que me atormentaba, que no me dejaba ser.
Cuando me enfrenté a ti, fue el reto más interesante que pude encontrar. Me seducía tu silencio, tu mirada, me apasionaba tu mirada y tu infinita capacidad de captar en imágenes ese mundo que giraba dentro, alrededor, en algun lugar perpendicular a tu retina. Ciertamente no fuiste la más locuaz, la más sugestiva, incluso me atrevería a decir que no eras la mujer más bella, pero fuiste la mujer que supo atraparme, encantarme; algo que nadie supo entender. Y como un adicto, tenía mis recaídas, mis momentos de debilidad, me perdía en el horizonte, pero siempre tuve ese piso, esas paredes, todo lo que empezó a construirse a mi alrededor porque yo lo deseaba así. En mi vida tuve mujeres guapas, inteligentes, de un conocimiento abrumador, bohemias, y ninguna se comparaba a lo que tenía contigo, y esos momentos ínfimos, esas miradas, esas palabras, esas caminatas eran tanto o más importantes que todo lo que tuve antes porque me enseñaste a valorar las pequeñas cosas de la vida, que a lo largo son las que más pesan.
Y como todo día soleado antecede a la noche más fría, llegaron los problemas: Tu pasado, tu particular manera de afrontar y soportar esa pesada carga de la depresión, de la falta de autoreconocimiento, de no autovalorarse, de creerse menos... estar vacía, vivir vacía, intentar rellenar la vida con las noches de juerga, el sexo pasajero, las drogas, el alcohol a veces es el camino más sencillo... a seguir más vacío. Hay cosas que uno no se explica, pero se vive, se lucha por lo que uno desea, es la herencia judeocristiana que tanto daño nos hace. Muchas veces me preguntaste (y algunas mas me pregunte yo mismo) porque seguir juntos... creo que la respuesta era sencilla: si la vida nos puso en el camino fue por alguna maquiavélica razón. Se que te sientes confundida por lo que has visto y leído, pero solamente son desfogues de flaqueza, la mejor manera que conozco, preferirías la traición, el desengaño, una doble vida? no se... a estas alturas todo es tan extraño.
Es extraño que tengas miedo al pasado que tu mismo te encargaste de enterrar. Es extraño que sientas celos y temor de alguien que no existe, que no es un fantasma, que no ronda por ningún lugar; es extraño que no sientas que he luchado por ti todos y cada uno de los días que estuve a tu lado, porque te lo ganaste, porque te mereces un amor bonito, porque eso era lo único que podía ofrecerte, a cambio de seguir fortaleciendo en las pequeñas cosas, un amor tan sólido e inquebrantable que aún lucha desde el destierro.
Es increíble que hayamos vivido hasta escenas paranormales, y hayamos salido de la mano, juntos. Recuerdo que cuando dormía a tu lado intentaba - una vez más - jugar al caballero medieval y cuidar tu sueño y tu paz, alejando los ruidos extraños, el ambiente denso, la paranoia... y despertar echándole la culpa al poco espacio de la cama. De igual manera jamás olvidaré los besos, los abrazos, las palabras de madrugada, ese amor que sentía a cada instante mientras dormías es lo que más extraño en las noches.
Fui un cobarde... nunca quise hacerte daño y a pesar de todo, lo logré con méritos insospechados. Al parecer el destino se las juega de extrañas y maléficas maneras conmigo... solo se que ese cabllo largo que se apegaba a mi con ese intento desesperado de no dejar apartarme jamás, que esas largas y flacas manos que tanto calor me dieron, esa ancha en tu ojo, los labios gruesos, tu cintura ininteligible y esa fuerza para amar me dejaron sin aliento... sin lágrimas.
Debo confsar que las noches son más largas y las pesadillas más cortas...
Si me confieso por este espacio es porque fue el canal de nuestra desdicha, me parece justo rendirte honores ya que ahora eres mi musa del desencanto.