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miércoles, 4 de noviembre de 2009

el regalo mas hermoso del mundo...

quien busca lo imperdible?


Donde patrullan las ilusiones a los sueños cautivos?...
Lo conozco muy bien, siempre camina tres pasos más adelante de lo que usualmente camina su sombra, su pasado se asemeja a una serie de películas melancólicas, rápidas, "road movies" y un par de dramas silentes. A veces siente que ya no tiene ojos, solamente un lente nikkor 18 - 200 que le permite asimilar los detalles más pequeños y coloridos como si filmara su propia vida, suele correr por esta ciudad tan grande que no avanza mucho cada mañana y hay días en los que simplemente no quiere seguir viviendo... para su mala muerte, no son muchas las mañanas en las que se levanta con ese sinsabor en el paladar... es un músico sin instrumento, un artista sin musa, un luchador sin ring, su poder? la mala suerte...
A veces se mira en el espejo y recuerda que algún sábado de abril miró fijamente a sus ojos, decidió cortar sus finos y largos cabellos castaños, hasta dejar su cabeza rapada en las manos del sol, agarró su chompa de jean y salió a cazar un ángel de la guarda. Es extraño que existan personas que están rodeadas de gente y aún así, tiendan a sentirse solas. Por eso luchaba cada día en encontrar un ángel, no blanco, no rubio, no bello, solamente buscaba un ser de luz que quiera sentarse a su lado, en una esquina, para mirar el lento caminar de sombras sin monbre, que cargan con sus propias cruces en las gélidas aceras de esta ciudad maldita. Y creanme que nunca dudó en su objetivo; talvez erró en buscar su ser divino en lugares equivocados, un rostro bonito no necesariamente es el rostro de un ángel, las buenas acciones no siempre son angelicales, es más, por suerte comprendió que de buenas intenciones estaba labrado el camino al infierno. Lo más triste fue verlo convencido algunas veces de haber terminado su búsqueda, divinizando seres humanos tan erráticos, simples y muchas veces malvados, que dudó muchas lunas sobre su in - necesaria búsqueda.
Una noche de aquellas en las que él necesitaba de cualquier retazo de cariño o algo que se le parezca, en uno de esos lugares donde no siempre se sientan los ángeles de la guarda a tomar algo; miró hacia el rincón, entre la nube de nicotina y alquitrán, las paredes sin pintar, las mismas sombras sin alma que deambulan en las frías madrugadas y algo en lo más profundo de su ser le digo "nuestra búsqueda ha terminado querido amigo". Era ella, un ángel, de alas rotas y bellos ojos marrones que lo miraban con discreción, en medio de la nada, como una planta creciendo en medio de una monataña contaminada y vacía. Tuvo que robarla, tuvo que ser héroe, villano, antihéroe; tuvo que llorar muchas noches porque perdió su norte y tuvo que luchar hasta consigo mismo para poder mirarla de nuevo a sus ojos y decirlo "yo no quise lastimarte, solamente te dije que no". Ella, en cambio, saltaba entre nubes de algodón y se resbaló a las canteras del hastío, decidió dejarse llevar por la marea en un barco de papel y se dejó perder de la vista de su cazador. Ella, ambivalente y carnívora, nació siete veces y se razgó las alas unas cuantas más... se dejó limpiar las heridas y saltó un par de veces hacia el vacío, no importa cuántas veces te roben los suños, mientras no te quiten el derecho de despertarte, y peor aún, la obligación de volver a dormir.
Una tarde de lluvia de octubre, el mismo chico con cara de tonto, triste, empeñoso, espera en la esquina; parado, lavando con la lluvia todas las palabras y los recuerdos, dejando mojar el corazón como siempre lo hace. Ella se razgó las alas hace tiempo, no tiene porqué ser el ángel de la guarda de nadie, ya lo aprendieron. Caminan con la sensación partida, mientras dudan en cogerse de la mano, se ahogan en la tensión de romper las ropas en la calle y hacer el amor delante de todo el mundo... parece que se aman, no lo sé, yo solamente los miro y suspiro, me encanta ver esas escenas donde la gente, como en una tonta película romántica estadounidense, asimilan su situación donde la chica se queda amarrada a los brazos del tipo que casi la pierde, y antes de los créditos y la cámara levantándose hacia el firmamento, ellos se unen en un beso apasionado, el mismo que hace llorar a tu pareja. No se cómo terminará esta película, pero me gusta verlos caminar en la calle, el ya no es el cazador de ángeles de la guarda, pero la protege y la cuida como su mayor tesoro. Ella ancla su barco de papel en la esquina de su cama, para recostarse una noche de domingo para ver televisión y dejarse llevar mientras él la abraza, vela su sueño y le dice a su ser "en verdad es ella amigo, lo logramos".